lunes, octubre 31, 2011
Dejo para despues
las horas que suben
a tu boca a esperar
que digas mi nombre.
Hecha aguas no pudiste
distinguir tu aliento del mio;
separar tu piel de mi piel,
apagar el sol del estío.
Se hizo un arco tu espalda,
el mundo fue de girasoles;
podríamos dormirnos
enumerando las razones.
Y en sueños encontrarnos
a discutir variaciones;
a menudo sin vestido
se toman mejores desiciones.
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