viernes, junio 01, 2012




Me olvidaron tantas veces
tus palabras
tantos sitios, de los nuestros
no nombraron, tus palabras.

No el aliento de tu boca muda
de vapor caliente,
hacia la estepa helada
crecida en tu silencio;

No la gracia del misterio
debajo de tu lengua muerta,
detrás de tu piel de tela,
después de tu olor a nada.

Solamente tus palabras.

No el aire revuelto
de tu huida constante,
ni la magia pobre
en tus desapariciones;

No la falta en tu sombra
ni el agujero en tu pecho
ni el vaivén de tu juicio acorralado.

Ni tu tumbo
ni tu paso de biela mala
ni el hueco vacante en tu ojo pendiente.

Solamente tus palabras,
amputadas al ruido blanco
florecidas en la estática,
caídas de tu antena imbécil;

Tu silencio.
Brutal, abyecto
despiadado
cruelmente dedicado
silencio tuyo.

1 Comments:

Blogger derosa said...

Me llega a lo hondísimo de mi silencio este poema, como para quedarnos mirando el vacío, tan lindo, tan calmo y quién te dice darnos la mano, o jugar con la imposibilidad. Y es que el poema tiene algo de eso, un no lugar para habitarnos, donde las palabras son su cadencia y dejan de romper las bolas con ese afán hombruno por designar.
un beso.
l

9:59 a. m.  

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