viernes, agosto 03, 2007



voy a vender esa campera de cuerina
y la de jean que no me entra
con esa plata, he de comprar incienso.
Ahora que lo pienso, no debo hacer
fuerza con el cerebro para tenerte
o retenerte entretenida y las piernas como cisnes.
Para cuando me sienta solo
o me inciten las horas a la idea
de la muerte. La tuya la mía y solamente
me vea derechito caminando hacia un agujero
te digo esto porque creo que no me crees
cuando te digo, soy feliz y que te quiero.

Estando solo adentro del tunel
mirando que solos estamos y el sol
parece un truco un espejismo.
Variaciones en la luz del ventanal
que sostiene el polvo que brilla y explota
y deja notas amarillas pegadas
en heladeras infinitas en hilera.
Cada nota me lleva a la siguiente y resulta
gracioso en la lectura darme cuenta
de asuntos olvidados y privados
en mi otra vida de mentira. Postergada
la pavada de los dias nos tiramos
bajo el sol del mediodia como gatos
que se tiraron bajo el sol del mediodía,
ellos mismos y en serio y todavia.
Queda calma en las alforjas queda risa
queda prisa queda tiza y dibujamos
palabritas en el cielo y las espinas
salen buenas, salen duras, salen niñas
que se tocan en la frente y son concientes
que se tocan en la boca y suenan jotas
que se toquen en el pecho y den provecho.

Que nos dejen ser privados y ser fuertes
y ser castos de idioteces, te pareces
cuando anocheces, a abelardo y eloísa.
Con tragedia aparejada aún en la risa.