
Mis palabras
son comida arrojada al piso,
para que otras palabras se las coman.
Hay quienes tienen favoritas
Yo, voy por la palabra dicha
en la voz de tu boca;
por la voluntad inicua, la traición
y el desconcierto;
estoy mirando al mundo sin tiempo.
Cuando el objeto de nuestro afecto
nos devuelve el favor con menos entusiasmo,
la sombra se agiganta;
la caída sin fin se amortigua
con la cabeza.
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