lunes, octubre 01, 2012

Cinco del cuatro del dos mil doce, a las seis cero ocho.


Cinco del cuatro del dos mil doce, a las seis cero ocho.

ni más flaca
ni más alta
ni mas blanca

esos no son los asuntos que me ocupan

siempre me imagino
llegando a una ciudad

esta ciudad
cualquier ciudad

es una escena de modé
que me transita
últimamente cada tanto

mi nombre escrito en una cartulina
que sostenés mirando atenta
en el ala de arribos
de cualquier aeropuerto

(en tu cumpleaños, no pensaba hablar de mí)

vos ya estás ahí
no esperando
nada más siendo
pero sostenes
un cartón con mi nombre.

te escaneo
desde los zapatos hasta el pelo
mientras empujo, bobo
un chango con valijas

nunca dejo de notar
el sórdido estándar
de la realidad fluyendo
en contraste siempre
con el mood de mi sueño de amor eterno

lo vulgar de la situación
desaparece, cuando sin más
tu mirada se mece
en mi dirección

tu rostro me alumbra
y lo que acontece
pertenece al orden
de lo sobrenatural

un infarto de dicha
en mi pecho se hincha
y la muerte parece
un asunto menor

cualquiera que se precie
de apreciar lo preciado
comprende y se hace a un lado
si lo sublime acontece

la metafísica flotando en el aire,
ese olor a Champs Élysées
a tiempo suspendido a tu capricho,
a visita terrenal de lo divino,

todo indica que estoy muerto
crisis de dimensiones que colapsan
un ruido blanco de fondo nos empasta
el mundo, como es, ya no lo es más

la ruptura con lo cierto nos ensalza
y lo puro se antepone a toda farsa
nuestro encuentro es de infinito apocalipsis
imposible es explicar tamaña elipsis

la escala del abrazo quiebra mundos
la materia se confunde en los segundos
lo demás pierde sentido, somos juntos
en el cosmos los amantes más rotundos.



1 Comments:

Blogger Lola said...

qué impecable amigo!

2:25 a. m.  

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