martes, septiembre 14, 2004


me gusta el mar, tengo alma de marinero



Corte...Va de nuevo.

1.¿Qué tiene que ver todo lo demás con la vida? El sexo dulce y arrebatado con tu amada es lo único que tiene de "vida" este transcurrir homónimo. Esto pienso a veces y, que me perdonen , pero me dan ganas de mandar todo lo demás al carajo.

2.¿Qué diferencia hay entre Rolando Hangling y un vejete pervertido? Yo sé; también a mi me viene en ganas, por momentos, corretear desnudo por ahí.

3.¿Se puede educar al cuerpo? Aun no sé; llevo dos días ingiriendo únicamente café. Les aseguro que no me afecta al sueño en lo más mínimo. Ojalá ella dejara de hacer esas extrañas marcas en la pared.

4. En "El Plata" hay un viejo que mira fijamente a una señora, a través del espejo. O es el dueño, o los mozos no se percatan de él cuando cierran el local. ¿Cómo puede ser que no lo vean?

5.Voy a ir a las marchas de Blumberg cuando se afeite. Que descaro, salir así, con esa pelambre de puercoespín en la cara, por TV.

6.Próxima estación, los Incas. Combinación con líneas A y D. Nunca lo dejaremos salir de aquí, cerraremos las puerta del subte y Usted permanecerá en movimiento ininterrumpido entre L. Alem y Tronador eternamente. Los habitantes de los túneles serán sus únicos amigos. Más vale que se mueva poco, porque esa camisa transpirada y de cuello ennegrecido será la última que use.

7.Soy el escroto de Juan, y no estoy nada contento con el uso que él hace de mí.

8."Site belt" suena, definitivamente, mejor que "cinturón de seguridad". ¿Por qué no hablamos todos ingles de una vez y para siempre y punto?

9. Los labios como dos frankfurters salpicados de salsa tártara, Chabelita y la madre que te parió, que si no me lo veo reflejado en el brillo de tus paletas nacaradas es porque tenés el buche ocupado y la lengua a mal traer. Si te habré visto agacharte en el zaguán, fregando inútilmente el moho de los azulejos, sudando la vida en el vestido; oliendo a hembra en celo, con la gasa pegoteda a las caderas. Siempre invitándome a tomarte por detrás. En el patio, en el zaguán, en la pieza del fondo; podría tomarte y liberarte hasta en el mismo lecho de la postrada. Cuando quedamos agotados, permanecemos abrazados. Su cabeza en mi axila, donde huele el aroma que une sus ciclos menstruales con la luna.

10. A veces la miro y veo una bestia arroyada por un carro. Escuálida. Como un saco de huesos. Un palitroque peludo y embadurnado en su propia bilis, agonizante. Alguna vez me produjo un morbo incontrolable toquetear, entre ludo, cartas y catarsis, a esa perra flaca y de mirada torcida. Los ojos de la enferma se parecen a los de Mascota, o bien podrían ser también los de un burro putrefacto hundido en una ciénaga.
Pobre Regina. Tengo la impresión de que aún no se lo han dicho.
Ella está bien. Pero su belleza lánguida y pálida ni siquiera me entibia. ¿Cuánto dura un juego de novios con una moribunda?

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Pibe, ¿Vos estás bien de la capocha???

3:33 a. m.  

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