miércoles, octubre 12, 2005


Dicen que las mujeres tienen la intuición
como los hombres la tosudez

esta no fue la excepción. Pero su cara

Ay, su cara
Era un cuero de boberías
estaqueado en una palta.

Un desorden de infelicidades tontas
era esa cara.

Si hablaba,
y sólo ocurría en días pátrios,
esa boca era una luna
despegada de su orbita.

Los niños y los perros se estremecían
si reía.

Que risa. Matamos a un par de policias
riendo. Y yo la provocaba.
El cuello de esa dama era el codo de un boxeador,
con esa cabeza, de riguroso desorden,
pegaba a la gente reveses

de Amargura
Pura.

Nadie Hablaba en su presencia y las chiquitas
cuchicheaban de mutantes
y monstruos mitológicos.

Yo sofocaba
los comentarios
prendía fuego a esa envidia
y le arrojaba agua.

Al final, una Humareda
de desconcierto, de primera mujer
llenaba los pasillos.

Y ella entraba.

Nos miramos

Y se encendieron
polcas rojas

en el cementerio. 12 10 2005