domingo, diciembre 25, 2011




Lú me regaló un libro de Luy
que tiene una tuca en la tapa
en un cenicero de vidrio.

Tiene sus momentos collage
y todo. Resulta mejor
en la lectura emboscada
que ocurre con resaca.

Pienso en Vicente
como un loco enjaulado;
rodeado de gente que lo quiere
y lo contiene.

Rodeado de gente que lo quiere
ver muerto.

El poemario descansa
sobre la toalla de mano que hizo Nelly.

Liberty, -dice mi madre-,
señalando el libro de Vicente Luy.
Y yo pienso: Claro!, Liberty.

Y agrega:
Liberty se llama ese estampado
de flores chiquititas.
Que linda esa toalla.

Me quedé con la boca abierta
contemplando mi estupidez,
mi vieja agarra el libro,
lo abre al tun tun
justo en un poema
titulado
Marta.
Guau.

Mientras me pregunto si el lector
podrá inferir que mi mamá
se llama así, igual
(siempre hay un lector)
me doy cuenta de que ya metí
mucha gente
en éste poema

Debe ser la Navidad

Parece que no me queda otra;
tengo que arrastrar a algunos
hasta el fin.

Debe ser la Navidad.

Los forros son para leerme a mí.

Vicente
Nelly
Mamá


y no se olviden de mí
que en este preciso
precioso instante
que mientras lo narro
pasó
yo estoy acá, entre ustedes

ente las palabritas
entre las espinas
de la resaca navideña

-Doble final, o remate-
se llama esta jugada

éste ya había terminado,
cuando dije
"debe ser la Navidad".