No tengo 70 días para tratar de comprender
por mi pellejo a cuanto asciende el arancel
te lo digo, también puedo ser cruel
si te dejas tocar, qué va a ser esta vez?
Cae el sol en Shangai,
Nadie se quedó a mirar,
si trajo piernas, la enagua del mal.
Si dio algún beso, la chica de atrás
Si la luna se fue a dormir sola, al final.
Un coro de coyotes
se acerca despacio, sin que lo notes
con la huella del yunque eterno en la frente
van por la estepa cantando, en el frente
el correcaminos, sin descendencia, ya entiende
del destino en la fuente del desayuno
poner un huevo ahora, seria oportuno.
Llueve despacio, otra tarde de junio
De té con té sin baile ni bamba
Janeiros de pie en el centro del zamba
saludan al cielo apretando el puño
La última tarde que pienso, me hundo
demorado en Berlín por un sueño profundo
y ese olor a humedad medio nauseabundo
Tengo casa y coche, aun soy vagabundo
Quién es el que opina, vino todo el mundo
a ver si es de plata la bala que hundo
a ver si te quema y levanta la tarde
aunque finjas sabemos, abajo te arde
La pulpa se muerde, así son la frutas
con los dedos secos, ordeno las trufas
y pienso en tu traje de baño, las grutas
breteles rotos, hechizo de brujas.
En la playa del reggae, hoy se escucha réquiem
la mar come turistas, se tragó algún quién
ese mismo mar, con ofrendas, buena pesca
ofrece; venga, sea discreto y no desaparezca.