martes, mayo 26, 2009



No tengo 70 días para tratar de comprender

por mi pellejo a cuanto asciende el arancel

te lo digo, también puedo ser cruel

si te dejas tocar, qué va a ser esta vez?


Cae el sol en Shangai,

Nadie se quedó a mirar,

si trajo piernas, la enagua del mal.

Si dio algún beso, la chica de atrás

Si la luna se fue a dormir sola, al final.


Un coro de coyotes

se acerca despacio, sin que lo notes

con la huella del yunque eterno en la frente

van por la estepa cantando, en el frente

el correcaminos, sin descendencia, ya entiende

del destino en la fuente del desayuno

poner un huevo ahora, seria oportuno.


Llueve despacio, otra tarde de junio

De té con té sin baile ni bamba

Janeiros de pie en el centro del zamba

saludan al cielo apretando el puño


La última tarde que pienso, me hundo

demorado en Berlín por un sueño profundo

y ese olor a humedad medio nauseabundo

Tengo casa y coche, aun soy vagabundo


Quién es el que opina, vino todo el mundo

a ver si es de plata la bala que hundo

a ver si te quema y levanta la tarde

aunque finjas sabemos, abajo te arde


La pulpa se muerde, así son la frutas

con los dedos secos, ordeno las trufas

y pienso en tu traje de baño, las grutas

breteles rotos, hechizo de brujas.


En la playa del reggae, hoy se escucha réquiem

la mar come turistas, se tragó algún quién

ese mismo mar, con ofrendas, buena pesca

ofrece; venga, sea discreto y no desaparezca.