lunes, noviembre 14, 2005



Grillo furioso grillofurioso
brilla de grito borra la risa
canta canta canta risa amarilla
que pasa con los años
cúanto más así ¿he?
quiero quiero quiero
falsa estampilla
en la regilla
polvo de tiza
rompe la risa
dada deprisa
a su otro señor escondido en la caja
el otro señor no soy yo. Yo.
El otro señor es igual parecido
igual parecido al otro señor
que soy yo.

pero bizco
pero gordo
pero blanco blanco blanco, que no soy yo ¿he?
y petizo y enano
y la piel seca como la mía y larga larga larga
que no soy yo ¿he?

dios es viejo
y traviezo
dios es viejo tiesto lerdo y cerdo
por nada
gracias
por nada
Hey, señor : Tiene usted alguna responsabilidad para con nosotros?
o la felicidad, siquiera?
Está Usted involucrado en la posibilidad de nuestra felicidad?
que facil que facil
liquido mudo líquido mudo
duros estamos de verdad
duros estamos
está en el olvido, está en otro lugar
la casa de sal la
casa de cal está en el olvido está en otro lugar
el gel en el pelo no tiene sentido
el gel
gel que para cabello
gel para que otra cosa va a ser
gel para cocina y cabello

Rompió la ventana la misma risotada. Cayó la leche en el piso de madera. Una jarra de cristal de bohemia la contenía. Y entonces, fué imposible beberla. Los vidrios, era imposible separar los vidrios de esa leche.
Los perros tampoco pudieron separarlos. Por qué creerían que podrían?
Esos lindos perritos cagaron sangre y mierda negra directa de los riñones.
Esos perros no fueron enterrados. Fueron embalsamados y puestos de pie, de adorno.
A vigilar. Puestos a vigilar y, de paso, de adorno.
Antes sus ojos eran inquietos y nos ponían nerviosos a todos, y era imposible hablar con ellos.
Ahora sus ojos de siempre brillantes canicas están fijos. Ahora sirven más como compañia.
Pero menos como defensa.
Y mucho menos como alarma.



¿Tenés acidez?

Claro. Una pizzeta hiperbolica frente a ti. Cuando uno empieza a comer atolondradamente, todo tu cuerpo se prepara. El estomago se prepara. -Fah!-dice el estómago, y se prepara para una comilona orgíastica; sus paredes babosas comienzan a segregar acidos en cantidad, como para derretir un dinosaurio. Y no. Es nada más una pizzetita.
Y a dónde va a parar todo ese ácido que no juega?:
A ninguna parte.
Al humor, a lo sumo.