viernes, julio 15, 2011

Un metro setenta de perfección.
Esa exquisita longitud perfora agujeros,
negros,-sexys-; desafiantes
agujeros negros,
en el cosmos de cualquiera.

Uno de Ustedes, bastardos suertudos;
sólo uno de Ustedes,
tendrá luna de miel exclusiva.
Dicha láctea. En caos hermoso, batida.

Piernas! -Gritó el Oráculo-
La profeta tendrá piernas...
(...y se murió para siempre, en la siesta)
para ser soñada por Un afortunado.

La tensión erótica tiene por limite
su propia tensión. Extraviada
de caricias; sacerdotisa al acecho.
Mira caer la nieve y maldice gente,

Quedará marcada esa gente, y será ajusticiada.

Y la niña se nombra húmeda a si misma,
con el nombre que le dí,
Y preguntan "como se llama"
y respondo algo así:

Y si hay un eclipse?
Ella domina los eclipses.
Será esto peligroso?
Por supuesto que claro que si.

Tomará rehenes?
-Los que desean,
desean que si.-

Sucede que hay una P,
almohadas y plumas descienden
en cámara lenta.
-Las íes del mundo también, reciben sus puntos-
La ele se salta en un cuarto de milla,
con silla inglesa, o acaso
caballos de troya, romancero y esquina.
Una es la A que abre siembre y florece,
Alienta el placer, el deseo crece.
Rival en la rabia la R
redonda, repta. La piel enloquece.
Mi edad dividida en absurdo, trece.