martes, febrero 07, 2012





Picnic para niñas bailadas
que se arrojan al postre y serán buenas madres.
Serán madres buenas
serán, por favor.

Se bailaron luego,
y antes llovió; siempre hubo un viento
silbándoles al oído, diciéndoles la verdad.

Siempre un susurro huayno
las espabiló,
y despiertas del todo
Rondas, y flores de calabazas;
las nenas de Dolón
aprenden a cazar antes,
porque saben bien y quieren mejor.

Y si hablan en lenguas,
y sus risas dibujan referencias circulares
no te olvides:
que el toque de Midas
ellas tienen
y tu no.

Son malas,
y vuelven a casa
y son buenas.

Y mientras llegan,
nacen y mueren muchas veces;
el mal que las orada nos mantiene vivos.

El egoísmo de la parábola
de la que pendemos
solo crece.

El musculo de su amor
se entumece.

La ilusión del otro,
que te turba,
desaparece.

Todo ocurre en silencio.
Si te besan,
sus lenguas deletrean
Baltazar.

Sean acantiladas, niñas de Dolón:
sean atroces, feroces
y que en su goce
se derrita el destino.